NUESTROS VALORES

Lo que es importante para nosotros

Los valores son convicciones que nos guían en la realización de la misión de nuestra Iglesia.

1. Honramos y glorificamos a DIOS.
Como seguidores de Jesús y miembros de Su Iglesia es nuestro deseo prioritario honrar al Dios Trino (revelado en la Biblia como Padre, Hijo y Espíritu Santo) y regocijarnos en Él. En tal sentido, procuramos vivir en íntima comunión con Dios, conociendo su naturaleza y sus pensamientos.

2. Nos enfocamos en el EVANGELIO.
El Evangelio, la Buena Noticia, de la muerte salvadora de Jesús en la cruz por nuestros pecados y la victoria sobre la muerte demostrada por la resurrección de Jesús impregna toda la vida de nuestra iglesia. Nos dice lo que hizo Jesucristo para restaurar nuestra relación con Dios.

Nuestra vida cambia cuando nos volvemos a Jesús. Ya no estamos separados de Dios, sino somos aceptados e integrados en su familia como hijos e hijas, y eso cambia toda nuestra vida. Debido a que hemos experimentado esta gracia, nos esforzamos para lograr la renovación espiritual tanto como individuos como Iglesia.

3. Nos orientamos en la BIBLIA.
Creemos que en la Biblia encontramos la orientación transformadora y pautas para nuestra vida personal y también fundamentos para la vida de la Iglesia.

Amamos la Palabra de Dios y estamos convencidos de que el mensaje de la Biblia sigue siendo de gran relevancia en el siglo XXI y tiene el poder de cambiar a las personas. Es por eso que la proclamación de la Palabra de Dios está en el centro de la vida de la Iglesia: en las predicaciones, en la adoración, en cursos y capacitaciones, en grupos pequeños, etc.

4. Nos hacemos dependientes de Dios en la ORACIÓN.
Cambiar el corazón de las Personas no es humanamente posible. Para esto dependemos de Dios y de la obra de su Espíritu Santo.

Por eso la oración es de primordial importancia en nuestra Iglesia, tanto en la vida personal de los miembros como en la Iglesia reunida. Estar ante Dios con toda nuestra vida es la actitud básica a partir de la cual crece todo lo que se dice y se hace en y a través de la Iglesia.

5. Cultivamos RELACIONES de apoyo mutuo y una COMUNIDAD sostenible.
Creemos que las relaciones personales de apoyo mutuo juegan un rol esencial en el proceso de formación de la fe de las personas y su preparación para el servicio. Por eso procuramos crear una cultura de aceptación para ser abiertos, amigables y respetuosos con todos, independientemente de su origen nacional, cultural, social o religioso.

6. Amamos a NUESTRA CIUDAD y la servimos.
Según el mandato bíblico de “buscar la Paz de la ciudad” (Jeremías 29:7), nos esforzamos ser una Iglesia en la que todos sirvan, en palabras y hechos, a su vecino y a nuestro país. Aunque vemos nuestra tarea prioritaria en proclamar las «Buenas Nuevas de Jesucristo», estamos convencidos de que como seguidores de Cristo debemos tener un efecto positivo y bendecido en nuestro entorno social a través de nuestras acciones.

7. Nos APOYAMOS y COMPLEMENTAMOS unos a otros.
Dios creó a cada persona única y le otorgó capacidades especiales. Juntos, como personas diferentes, queremos utilizar nuestras capacidades para la gloria de Dios y para fortalecer a la Iglesia.

Por eso promovemos el mandato bíblico de, «equipar o preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la obra de Dios y edifique la Iglesia, es decir, el cuerpo de Cristo» (Efesios 4:12). Nadie puede hacerlo todo solo; por eso necesitamos complementarnos mutuamente. Promovemos la diversidad de dones y talentos y la cooperación entre miembros y grupos.

8. Creamos condiciones para la MULTIPLICACIÓN y el CRECIMIENTO.
La creación de Dios se basa en la multiplicación. Por esto, procuramos crear condiciones dentro de las cuales se inicien los procesos de crecimiento y multiplicación.

Todo lo que hacemos debe apuntar a esto: Más personas deben conocer a Jesucristo y unirse a una iglesia, para que puedan nacer más grupos pequeños y, como resultado, más congregaciones en Asunción y alrededores.

9. Manejamos responsablemente a los RECURSOS disponibles.
Somos conscientes de que Dios nos ha dado recursos para uso responsable. Esto incluye las finanzas que necesitamos para ser un hogar espiritual para las personas en Asunción y sus alrededores. También incluye el uso racional de nuestras fuerzas, nuestra salud y nuestro tiempo, así como el uso cuidadoso de los bienes de la Iglesia (edificios, muebles, tecnología, etc.)

Financiamos a las actividades de la Iglesia mediante donaciones voluntarias de nuestros miembros y amigos. Colaboradores confiables de la Iglesia administran los ingresos y gastos en forma transparente y responsable